miércoles, 15 de julio de 2009

Barreras de Arranque II

El Rezagado: Un 16% de esos altos ejecutivos tendrán una muy difícil
adaptación. Ellos serán los incrédulos crónicos para los que la fe solo aparece en los
libros de teología; o han estado relacionados con organizaciones que tuvieron “inicios
falsos”: comenzaron el proceso con bombos y platillos, entusiasmando a todo el mundo,
declararon su compromiso, y después se echaron para atrás y dejaron las cosas a medio
camino. Prefieren no correr ese riesgo y por eso se mantienen al margen; o quizás sea
otra de las víctimas de esos procesos de reingeniería mal enfocados que alguien le
vendió como una panacea, que no logró los resultados esperados, o hizo a la empresa
inmanejable exigiendo de él esfuerzos extraordinarios para que las cosas volvieran a
marchar.

¿Y las empresas? Ellas requieren que se den ciertas condiciones:

(1) UN CIERTO GRADO DE SALUD: Si uno solo está pensando en sobrevivir, en
cubrir la nómina del viernes, de solucionar conflictos familiares o entre
accionistas, va a faltar tiempo para las cosas importantes.

(2) UNA CRISIS: A veces estamos aletargados en nuestra zona de confort y no nos
damos cuenta que el tiempo esta pasando para empresas y personas, que nos
estamos quedando irremediablemente atrás, desapareciendo paulatinamente en
un proceso de declinación imperceptible. Una crisis, natural o inducida, nos
hace ver que quedarnos estáticos puede ser peor que cambiar.

(3) TOMAR CONCIENCIA DE LA OPORTUNIDAD: Colin Powell comenta que los
ejecutivos debemos estar preparados para la soledad porque el mundo es muy
solo a los más altos niveles de decisión Gotas de Conocimiento. Pero no tenemos
porqué estar totalmente aislados. Podemos contar con la ayuda y el
compromiso de otras personas dentro y fuera de la organización, y a veces solo
tenemos que darles una oportunidad; que frecuentemente los cambios más
trascendentales no requieren grandes inversiones, y que tecnología no son solo
máquinas y productos, sino también nuevos sistemas de gerencia, y el sabio
manejo humano del capital humano.

Texto escrito por Rogelio Carrillo Penso

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